9. ¿Como guardo el vino?
El factor más determinante a la hora de conservar el vino es la temperatura.
La temperatura y sus cambios bruscos, tienen una granl influencia en la velocidad de evolución del vino.
Lo más importante es la estabilidad y constancia de la temperatura, más que los grados (hablamos siempre de unos parámetros normales de temperatura).
Los cambios de temperatura no deben ser bruscos y las diferencias entre estaciones, deben ser lentas y no superiores a una diferencia de entre 5º y 6º. Cambios bruscos de temperatura pueden alterar la presión interna de la botella, empujando el corcho hacia fuera y pudiendo causar fugas de líquido y entrada de aire cuyo principal efecto es la mayor y más rápida oxidación del vino.
Lo ideal es mantener la temperatura por debajo de los 16º C.
Otros aspectos importantes son :
Humedad: La escasa humedad puede contribuir a secar el corcho mermando su capacidad hermética. El exceso de humedad, además de poder estropear las etiquetas, puede contribuir al desarrollo de mohos o bacterias que en ,en casos muy excepcionales, podrían afectar al vino mediante su paso a la botella a través de un tapón deficiente, adquiriendo olor a humedad.
Lo ideal es que la humedad no baje del 50% y, si es posible, se mantenga entre el 70 y el 80%.
Luz solar: Las botellas de vino tinto son verdes ya que los rayos ultravioletas son capaces de alterar y afectar la correcta conservación del vino. El vino es un ser vivo y como tal reacciona químicamente a la luz. Esta reacción química puede tener efectos en el color (tostados) e incluso en el sabor. La bodega para conservar vino debe ser, por tanto, lo más oscura posible y en la que la luz solar sea la menor posible. Deben evitarse los fluorescentes y es aconsejable que la luz sea dispersa e indirecta.
Olores: El almacenamiento debe realizarse en un lugar libre de olores, ventilado y sin vibraciones.
Colocación: Las botellas deben guardarse tumbadas, de forma horizontal, para que el tapón siempre esté mojado.